A las normales diatribas que acompañan la compra de un ordenador nuevo, dijo Luis, al migrante se le añade la molestia del teclado ajeno: adiós a las eñes y las tildes fáciles. O al revés: comprar un ordenador español y no tener æøå.
Será necesario acompañar cada e-mail oficial con una disculpa por las faltas ortográficas debido a las ausencias teclísticas. Malentendidos y hasta encarnizadas peleas virtuales he visto por sustituir la ñ por ny, por poner un ejemplo de las potenciales consecuencias de esa carencia alfabética.
De esto nos quejamos en Dinamarca, donde las letras fantasma se cuentan con los dedos de las manos y se puede pintarrajear un poquito sobre las teclas y asunto arreglado. Aunque sea un peñazo estar cambiando el teclado. Pero los hay que lo tienen un poco peor: teclado en cirílico y ¿ahora qué?
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