Es evidente que una de los retos más grandes de emigrar es enfrentarse a la lejanía.
La lejanía planetaria (todas las cosas que uno no puede llevarse en la maleta, como el sol, el agua o el canto de los grillos), la lejanía personal (de las redes de personas que nos conocen, que conocemos y con las que nos construimos como personas) o la lejanía cultural (de las costumbres y los modos de entender el mundo)
En esta página iré contando los aspectos de cada una de estas lejanías.
Te propongo un ejercicio para empezar