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Todos, partes, generalidades, eternidades... David Hume aplicado a la migrancia

Cuando mi amiga se mudó de país, su abuela decía: Allá en el Norte son todo autopistas.

Esa frase me encanta porque resume muy bien lo que ocurre con nuestra forma de pensar y de ver el mundo.

Ya he hablado en alguna ocasión de las ventajas de la economía cognitiva, de no tener que repensar y cuestionar toda la realidad a cada paso que damos (como decía el ilustre a par que entrañable David Hume)- pues de otro modo jamás nos moveríamos al no poder concluir de forma aplastante que al segundo siguiente seguiría existiendo el suelo bajo nuestros pies.

Generalizar, extraer conclusiones y vivir de presunciones es algo intrínsecamente humano. Forma parte de nuestro desarrollo, ha supuesto una ventaja adaptativa sobre otras especies, etc, etc. Pero no es gratis. Trabajar con presunciones, hacer generalizaciones supone al mismo tiempo caer en trampas que conviene repensar de ven en cuando igual que se piensa en los trucos de magia: con una sencillísima pregunta: ¿qué es lo que no me están contando? ¿Qué es lo que estoy dando por hecho?

Afirmaciones que contienen las palabras todo, nada, siempre, nunca y otras similares son especialmente susceptibles de un pasito atrás, de dejar por un momento de lado esa esa economía cognitiva que a golpe de varita, convierte las partes en todos.

Cuando la famosa abuela decía Allá en el Norte son todo autopistas, no hacía más que exagerar lo que en términos nerdos se llama saliencia de un concepto o cosa: tomar lo más representativo de algo.

Un ejemplo de saliencia es la imagen que tenemos de una manzana (cierra los ojos y visualiza una: a la mayor parte de gente le aparece una manzana roja, perfecta, brillante; aun cuando hay muchos tipos y formas de manzanas). Podríamos decir que la saliencia es el estereotipo que guardamos en nuestra mente para luego poder reconocer dentro de una categoría determinadas cosas... y personas.

En este caso el razonamiento es de esta guisa:

A. El Norte está muy desarrollado

B. El culmen del desarrollo es la mobilidad, el uso de vehículos de motor (en las cabezas de muchos, conste que esta no es una afirmación de la realidad, sino de una presunción muy contemporánea) Hacemos un modus ponens: Si A, entonces B;

A

Ergo B

Como el Norte es muy desarrollado, tendrá autopistas por todos lados.

Lógica aplastante.

Pero recordemos: pensemos como en el truco de magia: ¿qué es lo que no me cuentan, qué se esconde?

Por supuesto no solo es moderno moverse en vehículos a motor. De hecho hay una creciente tendencia a abandonar el motor en favor del pedal.

Pero además, y más relacionado con el tema que me ocupa: hemos supuesto que la supuesta modernidad de algo tan general como es el Norte es una característica omnipresente: en el Norte (todo el Norte) TODO es moderno, avanzado. Y nos hemos construido una imagen de un territorio vastísimo surcado de innumerables carreteras (repletas, claro, de vehículos de última generación).

Así, en ese afán simplificativo, ruedan frases como las que me contaba un buen amigo: allá todo muy caro, mucho frío. O, por otro lado: como en España no se vive en ninguna parte. Como si vivir en España, en todos sus aspectos, fuera lo mejor del mundo - obviando la enorme carestía monetaria, la precariedad, las carencias sanitarias, educacionales, democráticas, jurídicas, etc etc. O como si en otros lugares del mundo no hubiera aspectos positivos. La realidad no es un continuo homogéneo, tiene unos baches de irregularidad, de heterogeneidad que son, precisamente, lo que le da la gracia a estar vivo y experimentar cosas.

Como ya he escrito un rato largo (o más bien, me has leído un rato largo), dejo para la semana que viene la segunda parte del post, donde hablo de porqué la saliencia y la economía cognitiva tienen que ser tratadas con pinzas en cuanto nos referimos a las personas. Hablaré, una vez más, de los estereotipos, de los estigmas y su peligrosidad cuando se aplican a grupos de personas- en especial menos favorecidas. Y de lo que esconde el truco de magia de afirmar, ligeramente: Los inmigrantes son delincuentes (o lo que es lo mismo: hacer razzias, hacer campañas electorales que sugieren tal cosa, o el simple y alarmante auge de partidos de ideología ultranacionalista).

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